miércoles, 21 de diciembre de 2011
domingo, 18 de diciembre de 2011
Ascensión (Pablo Sallaberry)
ya dejo a mis ojos de lado tan inútiles
es que se han incomunicado tan desechos
en versos que solo serán hojas
y quien se arrime donde estos hoy cuelgan se llamara forastero
quien vierta algún color ajeno será suavemente asesinado
quien pueda verte reflejada en ellos será un sabio mensajero
será quien despoje tu camino cuando llegue la hora de cosecharlos
por esta noche dejo a este todo un cuerpo salitre
una piel muda
y estos ojos colgados
es que se han incomunicado tan desechos
en versos que solo serán hojas
y quien se arrime donde estos hoy cuelgan se llamara forastero
quien vierta algún color ajeno será suavemente asesinado
quien pueda verte reflejada en ellos será un sabio mensajero
será quien despoje tu camino cuando llegue la hora de cosecharlos
por esta noche dejo a este todo un cuerpo salitre
una piel muda
y estos ojos colgados
jueves, 8 de diciembre de 2011
Paradoja (dos espejos) Pablo Sallaberry
Cuando dejes de correr sobre espaldas que aun no merecen ni un titulo de azotes.
Cuando puedas, con tan solo un pie, apagar la luz de un leño…cuando puedas, como digo, sin la necesidad de derramarte íntegra sobre el fuego que evoluciona, digo, cuando puedas.
Cuando sepas clavar una estaca entre medio de dos ojos, como vengo diciendo mientras separo los brazos… decía, entre dos ojos sin tener que verme en la mamífera necesidad de pretenderte disecada.
Cuando decidas planear hacia estas manos de tinta, digo que presente es, ahora y sin espacio a rebabas, solo un medio indivisible, una excusa liquida inmune a los envases que se derrama sobre las espaldas por donde corres a la par de un mientras empecinado en mentirte los mismos inviernos, una y otra vez… digo, al mismo tiempo en el que mis manos se apagan dentro de dos bolsillos que poco creo conocer
lunes, 5 de diciembre de 2011
Espera (Pablo Sallaberry)
Hacia el mar camina oliendo a espera
con su libro de escritos pobres e insuficientes
El libro es tal vez una extensión de sus manos
y le ha puesto un nombre sin conocerlo aun
porque huele a espera todavía
Es la estúpida mas enamorada que vi desaparecer desde este faro
Y la espera; la misma puta dama de siempre
a la que cualquier tripulante violaría bajo un eclipse de dudas
una y otra vez siempre y cuando exista a su alcance
un mar en donde poder ahogarse
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