viernes, 25 de mayo de 2012

Quinta botella al mar


- Señora, ¿porqué llora? -
- No importa nene. ¿Vos quién sos?-
- Mi última mamá me puso Jeremías -
-¿Ultima mamá?!. ¿Qué es eso de última mamá?-
- Si, tuve muchas mamás. Pero le preguntaba porque esta llorando-
- Lloro porque siento que abandone algo. Porque me siento vacía. Pero eso aún no lo podes entender-
-¿Quiere la mitad de mis galletas?. Tengo seis nada mas, pero tres serán para usted si las quiere compartir-
-¿Galletas?... -
- Bueno, si tiene mucha hambre, se las puede comer a todas-
-¿Porqué estás en la calle a estas horas?-
-¿Las quiere a todas?-
- Jeremías, te pregunte porque estas en las calle a estas horas-
-Eso me preguntaban mis madres siempre antes de ser mis madres-
-Madre siempre va a ser una sola, Jeremías. Mira como estas, tenes la cara toda sucia-
-Si, es que anoche dormí en un parque-
-¿Y hoy donde pensás dormir?-
-Si no encuentro una mamá... mmm... en otro parque?-
-¿Sabías que a la noche suelen salir muchas personas malas a la calle?... a hacer cosas malas-
-Usted no es mala, señora. Y ya es de noche-
-No me conoces lo suficiente como para decir eso-
 
Jeremías observo el piso unos segundos
 
-Las señoras que lloran no son malas y usted estaba llorando cuando la encontré... ah!, y es de noche-
La señorita lo miro con ojos entreabiertos y sonrió.
-¿Querés un poco de café?-
Jeremías observo su paquete aun sin abrir
-Bueno, pero si me deja mojar mis tres galletas. Así son mas ricas.-
Ella sonrió y luego ambos lo hicieron juntos.
 
Ambos... moleculeando en algún lugar, alguna ciudad de la que poco se recuerda el nombre, atisbada de gigantes grises, llenos de agujeros con lucecitas amarillas y blancas y, en cada una de ellas, pequeños duendes moviéndose ... y un cielo cielo para ellos...
 
 La mano derecha hasta el pequeño hombro del niño. Y caminaban. La mano izquierda, toda jaula sobre el vientre planicie. Y caminaban, y sonreían... sonreían a café y a migajas de galletas.

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